¡Fin de las vacaciones! Cada uno habremos encontrado estos días nuestra manera de disfrutar del tiempo libre. Para muchos la lectura es un refugio ideal y podemos dedicarnos con la cabeza más despejada al montón de libros que se va acumulando. Hoy traigo dos novelas que no me dejaron indiferente.
"Tenemos que hablar de Kevin", de Lionel Shriver (Ed. Anagrama). Kevin llega al mundo en el seno de una pareja que tiene una relación estable, una proyección laboral brillante pero con diferencia de opiniones sobre la necesidad de ampliar familia. Un bebé difícil desde sus primeros minutos de vida según su madre, un hijo amado y cariñoso según su padre. El libro, como una sucesión de cartas, va desgranando la historia que tiene su momento álgido cuando Kevin está a punto de cumplir los 16 años. El proceso no tiene desperdicio, con las situaciones que se van describiendo el debate está servido. ¿Puede un niño ser perverso? ¿Una madre ama a pesar de todo? ¿Cuál de sus padres está viendo a Kevin con la mirada correcta? ¿Ha fallado la educación familiar, la escolar? ¿Es Eva egoísta? Incluso... ¿tiene ella la culpa de la manera de ser de su hijo?
Para la siguiente recomendación tengo que volver a dar las gracias a Mada, que no deja de mandarme historias maravillosas. La última ha sido "Eleanor Oliphant está perfectamente", de Gail Honeyman (Roca Editorial). Eleanor es una mujer con una vida monótona en la que pesa la soledad y su pasado marcado por la educación de su madre y su posterior institucionalización en diversas casas de acogida. Una serie de acontecimientos fortuitos ofrecen a nuestra protagonista la oportunidad de hacer con su vida algo diferente. Eleanor es práctica, vulnerable y valiente a partes iguales. Con un humor genial se crean situaciones en las que no podremos evitar sonreír. Para empezar, porque sentirás muchas más emociones. Muy (muy) recomendable.
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